El Marqués miró con asombro el cabello de oro blanco y un pequeño rostro encantador de una bella joven, imposible de no mirar.  «Ella es diferente de cualquier otra persona, que yo haya visto antes» ¿Quién era? ¿Quién podría ser? Cuando el Marqués supo la verdad sorprendente acerca de ella, sabía que podía utilizar la belleza de esta joven adorable, como un arma secreta contra su enemigo. Así que él, puso en marcha sus planes, astutos y bien elaborados, para vengar un engaño antiguo. Pero no contaba con el espíritu y el coraje de Lydia. Tampoco estaba entendiendo, lo que se estaba pasando en su corazón, sintiendo un despertar extraño, de un sentimiento raro, que no podía entender. ¿Cómo era posible? No quería creer que había planeado su venganza, pero su corazón lo estaba traicionando… pues se enamoró de Lydia, y la verdad era clara, él estaba a punto de perder a su verdadero amor.